De nuevo un problema que llega de fuera e incide negativamente sobre una producción local. La alerta agroalimentaria motivada por una mercancía importada de Turquía ha disparado la alarma en la industria valenciana de la algarroba, precisamente en vísperas de iniciarse la campaña de recolección, dentro de unos diez o doce días.
El problema de diversas partidas de helados que han sido retiradas del mercado, al encontrar trazas indebidas de óxido de etileno, ha sembrado la inquietud entre los empresarios valencianos de la algarroba, porque su producto estrella es la ‘goma de garrofín’, que técnicamente es el aditivo natural E-410 en el código alimentario, y éste es el producto que, injustamente, ha aparecido relacionado en algunas informaciones para explicar el supuesto origen de la cuestión. En algún caso, la relación entre unas cosas y otras se efectúa de una forma tan sesgada que a los industriales del sector les hace sospechar que pueda haber detrás maniobras de interés comercial.
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